jueves, 10 de mayo de 2012

quincecincodosochonuevetresdosdossiete


me di cuenta que todavía tengo agendado el teléfono de Soledad
estaba seguro que lo había borrado en su momento
y tampoco me acordaba porque habíamos dejado de vernos
todo lo que me acordaba de ella me gustaba
la manera que me leía boudelaire
sus conclusiones inteligentes sobre la falta de humanidad de algunos individuos
esa cara que ponía cada vez que yo cantaba la canción de poison que ella odiaba

a mi no me gusta desenterrar el pasado
por algo pasó a ser eso
tierra sobre un cajón de madera comprado en una casa de empeños
pero nos gusta pensar que vamos a encontrar cuando exhumemos el cadáver
fantaseando que no hay un muerto propiamente dicho
sino una suerte de zombi
que está hambriento por un pedazo de cerebro

sonaba
sonaba de nuevo y ella no atendía
por ahí ella si sabía que había pasado y no quería atender
o había borrado el número
como yo no me animé hacer en su momento
pensé en volver a intentarlo pero me acordé
que los zombis no existen

No hay comentarios:

Publicar un comentario